martes, 10 de julio de 2012

Compartimos verdades. Afrontamos realidades. Con frecuencia no vemos las evidencias. Somos esclavos, de un mundo que nos ha hecho así, aceptar la razón y quitarle la orden al corazón. Queremos hacer de nosotros alguien que no somos, y nos convertimos en personas que queremos que la gente crea que somos, y nos damos cuenta, que no engañamos a la gente por las apariencias. Moldeamos el futuro a nuestro antojo, y mil veces te equivocas eligiéndolo, y no dejándolo que fluya como quiera. Queremos tener siempre la razón, hasta que te tropiezas 3 veces en la misma piedra, en ese momento te darás cuenta de que se puede levantar la cabeza y decir, me he equivocado. Susurramos cosas que deberían ser gritadas, y gritamos evidencias que deberían ser calladas. Observamos detenidamente esta pantalla, y a veces no te das cuenta de lo que tienes alrededor. Todos mentimos, pero a veces no sabemos usarlo y aplicarlo a las cuestiones que lo necesitan. Reprimimos cosas que queremos hacer por el simple hecho del "que dirán" y no hacemos nada por los demás. Al fin y al cabo todo son mentiras y secretos, bien lo sé yo, hay muchos secretos que callar, todo lo que escondemos a los demás porque nos avergüenza, pero el secreto mejor guardado, es que todos tenemos secretos.

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