martes, 10 de julio de 2012

Si se lo dices,se lo dices a el.


Él que me busca, viene a recogerme y me dice: “ Eres mía. No me dejarás nunca. Estamos demasiado bien juntos. Te amo.” Y después: “ ¿Dónde estabas? ¿Quién era ése? ¿ Porque no te quedas conmigo en vez de irte con tus amigas?.” Y comprender que tal vez amar es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. Y se lo dices. Se lo dices a él. Eres consciente de que hay respuestas de que quizás deban cambiarse. Es preciso partir para volver a encontrar el camino. Él mira enfadado y dice que no. Te coge del brazo, lo aprieta con fuerza. Porque cuando alguien a quien quieres se te va, intentas detenerlo con la manos, y esperas también así poder atrapar su corazón. Peor no es así, el corazón tiene piernas que no ves. Finalmente el dice: “ Me las pagarás”, pero el amor no es una deuda que saldar, no regala créditos no acepta descuentos.

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